una cara, un borde

domingo, mayo 29, 2011

Desnudos


Hace semanas vengo preparándome para hacer la fotografía de un pequeño colectivo desnudo. Había construído la escena en mi cabeza cientos de veces. Finalmente, llegó el día de la toma.

Durante el tiempo de preparación así como al momento de la toma, recurrían en oleadas las palabras de Nelson Garrido en el Taller de Experimental I en la ONG. Escribo estas líneas desde el agradecimiento y la necesidad de compartir dos de sus recomendaciones que al ser puestas en práctica, terminaron de adquirir toda su potencia, relevancia y sentido.

El que hace la fotografía de desnudo, tendría que haberse puesto previamente desnudo frente a la cámara, para un retrato (hecho por "el otro") o para un autorretrato. Preferiblemente para ambos. Esto implica el reconocimiento y la aceptación del propio cuerpo y una posible liberación que termina de completarse cuando se ven las imágenes sobre el papel y se comparten. Implica también aproximarse en carne propia a lo que quizás sentirá nuestro sujeto y recibir su desnudez con un profundo respeto.

En segundo lugar, recuerdo (o escucho) a Nelson decir: "yo me desnudo cuando hago fotografía de desnudos para estar en igualdad de condiciones con mi sujeto". Ese gesto de solidaridad y humildad, acaso completamente inesperado para nuestro sujeto, permite que termine de desaparecer cualquier temor o verguenza, que se bajen las defensas y que a partir de ahí, nuestro sujeto se desenvuelva con naturalidad.

Hoy, estas dos recomendaciones me parecen fundamentales, ineludibles.



2 comentarios:

José M. Ramírez dijo...

Admiro y comparto tu respeto hacia la fotografía, hacia el retrato, vestido o desnudo.

Pero, luego de explorar el desnudo fotográfico, tanto en la máxima intimidad como en la apertura de un curso, reflexiono sobre el daño que nuestra educación nos ha hecho. La naturalidad animal se ha perdido, parafraseando a Rilke.

Ese respeto que le debemos al sujeto fotografiado, sea un pimentón o un ser humano es lo fundamental. Lo demás es deslastraje cultural, del fotógrafo, el modelo y el espectador.

María Antonieta Pérez-Boza dijo...

Muchas gracias por tu comentario José.

Absolutamente de acuerdo.

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A mi papá, por sus ojos acuosos frente a la imagen.