una cara, un borde

sábado, julio 23, 2011

El elogio de la sombra - Tanizaki (primera parte)


A propósito de la visita de Luca Pagliari a Venezuela y del taller de fotografía estenopeica "Elogio de la Sombra" que dictará entre el 29 y 31 de julio, como parte del proyecto Trocadero y gracias a la iniciativa de Roberto Mata Taller de Fotografía, encuentro oportuno compartir algunos pasajes de ese maravilloso libro de Tanizaki.

“…siempre hemos preferido los reflejos profundos, algo velados, al brillo superficial y gélido; es decir, tanto en las piedras naturales como en las materias artificiales, ese brillo ligeramente alterado que evoca irresistiblemente los efectos del tiempo. (…) el lustre de la mano, los japoneses dicen “el desgaste”: el contacto de las manos durante un largo uso, su frote, aplicado siempre a los mismos lugares, produce con el tiempo una impregnación grasienta; en otras palabras, ese lustre es la suciedad de las manos.”

“Vivir en un edificio o entre utensilios que posean esa cualidad, curiosamente nos apacigua el corazón y nos tranquiliza los nervios”.


“…la luz incierta de las velas era la que de verdad realzaba la belleza de las lacas japonesas”.

“En realidad se puede decir que la oscuridad es la condición indispensable para apreciar la belleza de una laca”.

“En la actualidad también se fabrican lacas blancas pero, de siempre, la superficie de las lacas ha sido negra, marrón o roja, colores estos que constituyen una estratificación de no sé cuántas “capas de oscuridad”, que hacían pensar en alguna materialización de las tinieblas que nos rodeaban”.

“Cuando los artesanos de antes recubrían con laca esos objetos, cuando trazaban sobre ellos dibujos de oro molido, forzosamente tenían en mente la imagen de alguna habitación tenebrosa y el efecto que pretendían estaba pensado para una iluminación rala; si utilizaban dorados con profusión, se puede presumir que tenían en cuenta la forma en que destacarían en la oscuridad ambiente y la medida en que reflejarían la luz de las lámparas. Porque una laca decorada con oro molido no está hecha para ser vista de una sola vez en un lugar iluminado, sino para ser adivinada en algún lugar oscuro, en medio de una luz difusa que por instantes va revelando uno que otro detalle, de tal manera que la mayor parte de su suntuoso decorado, constantemente oculto en la sombra, suscita resonancias inexpresables.”

“Además, cuando está colocada en algún lugar oscuro, la brillantez de su radiante superficie refleja la agitación de la llama de la luminaria, desvelando así la menor corriente de aire que atraviese de vez en cuando la habitación, e incita discretamente al hombre a la ensoñación. Si no estuviesen los objetos de laca en un espacio umbrío, ese mundo de ensueños de incierta claridad que segregan las velas o las lámparas de aceite, ese latido de la noche que son los parpadeos de la llama perderían seguramente buena parte de su fascinación. Los rayos de luz, como delgados hilos de agua que corren sobre las esteras para formar una superficie estancada, son captados uno aquí, otro allá, y luego se propagan, tenues, inciertos y centelleantes, tejiendo sobre la trama de la noche un damasco hecho con dibujos dorados.”

“…desde que destapas un cuenco de laca hasta que te lo llevas a la boca, experimentas el placer de contemplar en sus profundidades oscuras un líquido cuyo color apenas se distingue del color del continente y que se estanca, silencioso, en el fondo. Imposible discernir la naturaleza de lo que hay en las tinieblas del cuenco pero tu mano percibe una lenta oscilación fluida, una ligera exudación que cubre los bordes del cuenco y que dice que hay un vapor y el perfume que exhala dicho vapor ofrece un sutil anticipo del sabor del líquido antes de que te llene la boca.”


Definición de "laca" (tomado de Wikipedia):

Secreción resinosa y translúcida producida por el insecto Laccifer lacca, de donde toma el nombre, que habita sobre varias plantas, sobre todo en la India y el este de Asia. Dicha secreción se halla pegada a las ramas de la planta invadida, y en ella está encerrado el insecto durante casi toda su vida. Una vez recolectada, molida y cocida con otras resinas y minerales, se convierte en goma laca, usada en barnices (transparentes o coloreados), tintas, lacres, adhesivos, etc.



2 comentarios:

Rómulo Peña dijo...

a proposito de mi visita a este blog y de los azares estenopeicos dejo por aca el siguiente link

http://www.flickr.com/photos/r0mp3/sets/72157626436878003/

María Antonieta Pérez-Boza dijo...

Gracias por detenerte Rómulo y por el link a tu hermoso trabajo.

Brindo por los azares estenopeicos.

Saludos.

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A mi papá, por sus ojos acuosos frente a la imagen.